Por qué este blog

Como vegetariano desde hace más de 30 años, creo haber escuchado todos los comentarios posibles (y sus variantes) acerca de este estilo de vida. Algunos de los más recurrentes son, «Si no comes carne, ¿entonces qué comes?», o «Seguramente batallas mucho cuando tienes que comer en la calle». Primero, algunas precisiones.

La respuesta fácil a la primera pregunta es, «No como carne, pero como todo lo demás». Contrario a lo que piensan muchas personas, mi dieta no se reduce a frutas y verduras crudas. El tipo de alimentación que consumo se conoce como «ovo-lacto-vegetariana», es decir, incluye huevos (de aves, entiéndase), así como lácteos (quesos, crema, leche…) En realidad, de todo el espectro de alimentos, lo único que no consumo es la carne en cualquiera de sus tipos (no faltan las personas bienintencionadas que me digan, «No comes carne, pero pollo (o pescado) sí, ¿verdad?» Pues no. Ni pollo, ni pescado (ni atún ni sardina en lata, que de pescado tienen poco más que el nombre).

En cuanto a la segunda pregunta, su respuesta es lo que motiva este blog. Muchas personas (incluso amigos íntimos) piensan que no puedo salir a trabajar, o a pasear los fines de semana, sin cargar con mis raciones de comida en «tuppers» o envases vacíos de yogur, pues para ellos, un tipo de alimentación como el mío es imposible de sobrellevar comiendo en restaurantes (cosa que mi chava y yo solemos hacer con alguna frecuencia). Les sorprendería enterarse de la enorme cantidad de cosas ricas que hemos comido sin traicionar nuestro estilo de vida y de alimentación, generalmente en restaurantes convencionales. Entiéndase por restaurantes desde la fondita de alguna esquina, hasta lugares de cierto nivel en zonas como San Ángel, Polanco o Coyoacán. En este blog, hablaré de esos sitios y de los platillos que hemos disfrutado (o sufrido), con la intención de compartir esta información con las personas que siguen una dieta vegetariana, sea por ética, religión, órdenes médicas o simple curiosidad, y con aquellas que se preguntan cómo carajo le hacemos los «veggies» para comer cuando no estamos en casa.

También pretendo aclarar algunos de los mitos que hay acerca de los vegetarianos y del vegetarianismo. Quienes, al acabarme de conocer, se enteran de que soy vegetariano, suelen pensar automáticamente 1) que soy una persona sumamente sana; 2) que soy una persona sumamente espiritual; 3) que soy una persona sumamente pacífica. Lo lamento, pero nada de lo anterior es exacto. De hecho, una de las razones para abordar específicamente el tema de la comida es que mi salud está tan jodida como la de cualquier chilango que se respete. Un par de úlceras gástricas me obligaron (ahí sí) a alimentarme durante varios meses básicamente de verduras medio cocidas (las frutas crudas eran demasiado difíciles de digerir, por lo que estaban prohibidas). Así que, ahora que puedo comer casi lo que me dé la gana, quiero compartir mis impresiones sobre los sitios en los que puedo hacerlo, con la intención de que quienes lean esto (que, espero, sean muchos, vegetarianos o no), tengan opciones para comer fuera de casa cuando así lo deseen o lo requieran. También sería interesante que quienes lean esto y tengan alguna recomendación, la compartieran con el resto de nosotros. Prometo reseñar toda recomendación de sitios en el DF, Naucalpan, Tlalnepantla, Satélite o Cuernavaca. Los lugares en otros estados dependerán de que pueda viajar a ellos por trabajo o por placer.

Aclaro que no me patrocina nadie (aunque estaría chido que los dueños de restaurantes me invitaran a probar sus platillos, sin que eso significara tener que alabarlos sin que lo merezcan). Espero que este blogcito les resulte, cuando menos, entretenido. Si una de mis reseñas les es de utilidad, entonces este blog habrá cumplido con creces su función.

Buen provecho.